Ayer fue mi cumpleaños. A diferencia de muchas mujeres que ocultan su edad hasta caer, a veces, en el ridículo, a mí me gusta cumplir años.
Sí, claro que nos bombardean por todos sitios con la idea de mantener a toda costa la juventud y es verdad que hacen spots -que creo que deberían estar prohibidos- con niñas de 20 años anunciando cremas para mayores de 40.
Me gusta cumplir años porque además ser joven es muy complicado. Y más ahora. Además como una se ve cada día, no se va dando tanta cuenta de la rapidez del tiempo que va pasando. Incluso vamos perdiendo vista de cerca -presbicia, que dicen- y que yo digo que es en realidad es un mecanismo para no vernos tanto nuestras propias arrugas. La naturaleza, que es sabia.
Me gusta hacerme mayor, y tener "casi" todos los deberes hechos. Pasan los años y sigo viva, y veo que mis hijos crecen... y que todo va como debe ir. Más o menos.
Cumplir años es añadir achaques, desgaste, un poco más de dolor de huesos, pero también experiencia. Y recuerdos...
Ese día siempre hay una nube en mi cabeza. Me acuerdo de quienes ya no los cumplirán jamás. De gente conocida que se fue el año pasado como Lucian Freud, Steve Jobs, Liz Taylor, Amy Winehouse... Unos después de una larga vida, otros antes de tiempo. Pero ese día especialmente me nubla el recuerdo de las personas que han formado parte de mi vida: de una compañera de trabajo que dejó su silla vacía el verano pasado, de otro que hace dos semanas no volvió un lunes al trabajo. De mi hermano -que ya hace muchos años que no cumple años-, del padre de mi hijo mayor, que nunca cumplirá 52... de muchas personas que ya no están aquí con nosotros. Vamos cumpliendo años para seguir manteniendo vivos a quienes no están. Todos siguen teniendo un nombre, una canción, un libro, un objeto, un lugar... En fin, que todo esto, que le suele nublar a la gente la Navidad, a mi me pasa el día de mi cumpleaños. Rarita que es una.
Esa nube me dura unos días y cuando se va, como todas las nubes, salto de mi universo trascendental a mi universo de lo cotidiano, y es entonces cuando pienso que ya va siendo hora de pedir cita a mi esteticienne para hacerme un masaje reafirmante. Le pedirlé, de paso, que me explique lo del Ácido Hialurónico.
Ah!!!... con todo este rollo no os he dicho mi edad!!!: Los dos dígitos suman 7 y no son 25!!! ni 34, ni 43...
Feliz día, y que cumplamos muchos más.